De profetas y de cuervos
- Sumah Kralj
- 5 mar 2013
- 1 Min. de lectura
Es el momento del silencio,
los cuervos salieron para beber la sangre de los profetas exiliados en el olvido de ojos angustiados. Gota uno, dos, tres
y nada mas que cuervos,
silencios y llamas.
Llora una vez,
llueve dos,
tres cuervos.
Uno de ellos cae en picada sobre el ojo roto del profeta.
Se levanta el hombre cansado, mira hacia el cielo verde regalando suspiros.
Tus cuervos caen una vez y dos,
contra mis intentos. Mis profetas, mis sueños y el futuro
quedan en manos de aquellas aves carroñeras. Sonrisa perversa, mirada oscura
todo llueve en el terror
de esos labios que no besaran por milenios
hasta que regresen las profecías
a los campos fértiles de tu cuerpo.
Comments