II. La viste irse
- Sumah Kralj
- 1 ene 2017
- 2 Min. de lectura
Cerraste la puerta y la viste irse. Subiste dándote la cabeza contra el espejo del ascensor. Entraste tratando de respirar lo que quedaba de su olor. Te diste cuenta que no olía a nada y te sentaste en la silla a fumar churro.
De alguna manera tenías que bajar.
Cinco años con ella y ahora enfrentarte a lo que venía: chau, para siempre, chau.
Abriste facebook, twitter, instagram… uno tiene que hacer lo que tiene que hacer: apretar “delete” es lo correcto en estas situaciones. La decisión no era fácil, miles de recuerdos que igual facebook te iba a mostrar de acá a tres años, a seis años, a mil millones de años cuando ya seas solo un conjunto de datos subidos a la nube de la navegación. Datos, ella era ahora un dato. Un dato de tu pasado que no querías ver materializado en bits frente a tus ojos en cualquier momento azaroso de lo que te quedara de vida. Una vida cuya expectativa era cada vez mas nula, mas necia, menos realidad y más aumentada de lo que quisieras. Para siempre chau. Puntito verde al lado de un nombre, chau, fotos con sonrisas, chau. Pasado. Lo de ella había pasado, ella te había enseñado un mundo desconocido de sensaciones y chau, todo pasa, todo es cambio, chau. Chau, pero no delete. Chau, pero no me animo a apretar el botón que confirme nuestra separación real en el mundo virtual. Chau, pero quiero saber con quién andas, si seguís entrando a mi perfil, si por las noches borracha de dolor, tratando de olvidarme te olvidas de tu dignidad y me estalkeas. Chau, pero no delete. Chau pero seguime. Chau, pero entra a ver lo que me pasa, entra a mi red aunque quieras huir de ella como pez preso en este mar de informacionsentimiento que no para de hacerse vació y profundidad y dolor. Chau, pero no delete. Chau pero no me niegues tu selfie de cada día, tu amanecer en una foto despeinada. Chau, pero volvé a mi aunque seas imaginaria, intocable. Digital.
Comments